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Maestría Docente Usui Reiki Ryoho, Maestría Kundalini Reiki, Maestría en Sintonizaciones para la Ascención,Maestría Maitreya Reiki, Maestria Satori Shihan. Terapeuta Floral Bach,Bush,California,Sirio.

domingo, 25 de julio de 2010

Traido por el Viento: La Enfermedad

Entrevista al Dr. Jorge Carvajal
Médico Cirujano de la U. de A.
Pionero de la Medicina Bioenergética

¿Qué es la enfermedad?
Es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.

¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende
En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando enfermamos.

La Salud y Las Emociones

¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?
Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional.
Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas.
El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.

¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar.Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.

¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión, el sistema inmunológico.

¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no darle tanta importancia.

¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canaliza para que lleguen al mundo de la mente.

¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.

¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil! Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.

¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.

¿Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado.
Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida. Cada vez más personas sufren ansiedad. La ansiedad es un
sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire. Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos
externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío
aumenta.

¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, o buscando un príncipe azul afuera.La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el "debería ser", y no somos ni lo uno ni lo otro. El estrés es otro de
los males de nuestra época.
El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no una fotocopia de nadie.
El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen
estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en
las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a
un nuevo nivel de conciencia.

¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20
minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un
puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser
interior.
Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes
para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que
te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco
y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa
habita el potencial del alma.

¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos
para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es
integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser
felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en
nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que
trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos
un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la
vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en
paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de
futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que
la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad
de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la
confusión.

¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que
somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la
vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la
vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más
dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el
placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el
poder; creemos tener el poder infinito de vivir.

¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza
renovadora.
El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo,
como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede
renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay
desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te
ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se
restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos
con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando
entendemos que alguien a quien amamos no nos ama.


Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por
amor, que nuestras catástrofes son por amor. pero no es por amor, es
por enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos
habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la
marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una
muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para
liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental
que es la libertad, y siempre conduce a la libertad. Pero a veces nos
sentimos atados a un amor. Si el amor conduce a la dependencia es eros.
Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en
dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura
chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del
verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego, Ese es
el amor impersonal, que produce luz y calor.

¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la
princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de
lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a
equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error
es tu maestro. Ámate, sincérate y considérate.. Si tú no te quieres, no
vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si
te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una
migaja; eso es indigno de ti. La clave entonces es amarse a sí mismo.Y
al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu
hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate
como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es
una corriente de transformación permanente.

Reproducimos éste texto del Dr Jorge Carvajal que creemos es interesante y puede ser de gran ayuda para lectores y sanadores.
Este artículo llego hasta aquí traido por el viento y por Pampa

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